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Luz

octubre 4, 2023

Podía ver la luz brillando en el horizonte. ¿Cuánto tiempo llevaba caminando hacia ella? No estaba seguro. Aquí no había día ni noche, no tenía manera de contar el paso de los días… o de los años. No había nada más que oscuridad y aquella luz en el horizonte.

Su cuerpo… aunque a veces no estaba seguro de si todavía tenía un cuerpo… no sentía ni calor ni frío, nunca se cansaba ni sentía hambre. Sin nada más que hacer, siguió caminando en dirección a aquella luz.

¿Había estado caminando así desde siempre? No recordaba cuándo empezó ni de dónde venía. Estaba seguro de que venía de algún lugar… diferente. A veces todavía tenía destellos de recuerdos, como el difuso recuerdo de un sueño. Un rostro, el fuerte ruido de una pistola, un olor pasajero, el sol brillando en un pedazo de cromo, un vaso de agua sobre una mesa, un ventilador de techo que gira lentamente… fragmentos de algo roto cuyos otros pedazos nunca más pudo encontrar.

Pero últimamente había notado algo diferente, la luz era más brillante. Al principio no estaba muy seguro, pero ahora no tenía dudas, el resplandor se hacía más intenso con cada paso. ¿Estaba llegando finalmente? ¿Si es así, a donde? ¿Había algún propósito para esta larga caminata? ¿Lo encontraría ahora? ¿Finalmente podría recordar?

Sus pasos se hicieron más rápidos sin que él mismo se diera cuenta. Corrió hacia el resplandor brillante. ¡Tenía que saber!

La luz lo envolvió. Era cálida y fría al mismo tiempo, era como un susurro ensordecedor. Mil colores irrumpieron en sus ojos. Toda su mente se convirtió en alegría, dolor y tristeza al mismo tiempo. Sus nuevos pulmones se llenaron súbitamente de aire, un millón de olores llovieron sobre él desde todas partes a la vez. Abrumado, abrió su nueva boca y dejó escapar un grito agudo.

«¡Felicitaciones señora Fergusson!» Dijo el médico, entregando el pequeño cuerpo que lloraba a la enfermera que esperaba a su lado. «Es una niña hermosa y saludable.»

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