Siempre había patrones en todas partes, solo tenías que aprender a verlos.

A veces tomaba mucho tiempo y paciencia, pero si mirabas con suficiente atención y durante el tiempo suficiente, siempre podías encontrar un ritmo en todo lo que te rodeaba.

Incluso las cosas que parecían aleatorias a primera vista mostraban sus patrones cuando se veían lo suficientemente cerca o lejos.

Sí, era muy bueno para encontrar patrones… estaba obsesionado con ellos. También era muy bueno para encontrar las anomalías, los «huecos» que acechaban en cada patrón.

Su conocimiento de los patrones que gobernaban el mundo podría haberlo hecho muy rico, o un gran estratega, o un rey, pero no había patrones interesantes que encontrar allí. En cambio, se convirtió en un sanador.

Podía ver los fascinantes ritmos y patrones de sus mentes y cuerpos. Podía ver dónde había huecos en cada patrón. Podía ver exactamente dónde y cómo arreglar los huecos para curarlos.

Pero luego comenzó a ver cambiar otros patrones. Mientras surgían murmullos a su alrededor y la mirada de los sacerdotes y chamanes comenzaba a seguirlo, surgió un nuevo patrón. Un patrón del que no formaba parte.

Conforme las miradas de miedo y celos se extendían a su alrededor, notó cómo el patrón se cerraba a su alrededor. Ahora él mismo se había convertido en una anomalía, un hueco que el patrón estaba tratando de cerrar.

Las miradas dieron paso a las palabras, y luego a la acción. Un empujón velado, pasos demasiado cerca de los suyos, una piedra que casi le golpeaba. Y finalmente, una multitud enardecida. Gritos de «¡Brujo!» y «¡Demonio!» acercándose a su sencilla casa.

Observó el patrón sin rostro de la multitud a medida que se acercaba, y de pronto se dio cuenta de que incluso la realidad misma era un patrón, y siempre había huecos en cada patrón. Con una sonrisa, cerró los ojos y dio un paso firme dentro de un nuevo mundo lleno de patrones por descubrir.

Los gritos de la multitud se convirtieron en un silencio atónito cuando sus palos y espadas chocaron entre sí en el espacio repentinamente vacío.

El hueco, se había cerrado.