Cuentos →
Encrucijadas
septiembre 4, 2023Las hojas eran del color equivocado. Eran hermosas, sin duda alguna. Exuberantemente verdes contra un cielo azul claro. Pero estaba acostumbrado al hermoso dorado y rojo del follaje a fines de septiembre, por lo que, en su corazón, las hojas eran simplemente del color equivocado.
Detuvo el Todoterreno a un lado de la brecha en la selva para echar otro vistazo a la maltrecha hoja de papel que se suponía era el mapa mostrando el camino a la refinería. Diminutas venas rojas y azules se. entrecruzaban formando complejos patrones, pero no le dejaban más claro dónde estaba. En el fondo sabía que lo que realmente esperaba ver era un letrero llamativo con las palabras «usted está aquí,» preferiblemente en grandes letras rojas. Pero lamentablemente no lo encontró por ningún lado. A regañadientes tuvo que admitir que estaba perdido.
El sol estaba a punto de ponerse, y llevaba conduciendo la mayor parte del día. Sin más opciones reales, sacó el Todoterreno del camino y lo estacionó en un claro cercano, preparándose para pasar una incómoda noche en el asiento trasero.
Las estrellas le parecían increíblemente brillantes mientras las miraba a través del techo corredizo. Sabía todos sus nombres de memoria, y muchas cosas más acerca de ellas. Después de todo, casi había terminado su doctorado en astrofísica.
Sintió un hueco en el corazón al preguntarse, ¿Cómo había llegado aquí?
La respuesta lógica, la que siempre daba a sus amigos y familiares, era que realmente no había muchas buenas oportunidades de trabajo en la astronomía, así que ¿por qué no hacer buen uso de su título en física? La paga era buena y lo enviaban a muchos lugares interesantes, todo a cuenta de la compañía petrolera.
Pero al igual que ese viejo mapa en la guantera, la vida era mucho más complicada que eso. Deseaba que hubiera sido algo tan limpio y simple como una encrucijada. Pero no hubo un gran evento específico que cambiara para siempre su destino. En cambio, muy parecido al sutil laberinto de diminutos senderos bifurcados en el que acababa de perderse, mil pequeñas decisiones lo habían desviado lentamente de su curso deseado.
Relaciones rotas, un par de profesores poco inspiradores, burocracia académica, miedo a la incertidumbre… en su cabeza la lista seguía y seguía.
El trabajo era realmente interesante y la paga tampoco estaba mal. Pero al igual que el color de las hojas, se sentía sutilmente fuera de lugar. Simplemente no podía evitar la sensación de que estaba en el sitio equivocado.
Mañana volvería a consultar el mapa y encontraría el camino correcto hasta la refinería. En el fondo, una parte de él deseaba poder hacer lo mismo, simplemente consultar un mapa y volver a encarrilar su vida.
Todavía estaba contemplando las estrellas cuando el sueño finalmente se apoderó de él. Mientras cerraba lentamente los ojos, una sola lágrima rodó por su mejilla.